domingo, 4 de diciembre de 2011

10:07 am / 25 Nov 11 / árbol de hule



Son las 10 de la mañana y ya se acepta cansada. Le encantá la actividad, el lograr complir sus metas y el sentir que está haciendo algo, pero aveces cree que también podría permitirse no hacer nada con consentimiento pleno. Cuando no hace nada se oculta de si misma, pareciera tener miedo de darse cuenta y aceptar que simplemente esta disfrutando el oscio. Pero eso es ahora que el trabajo se ha puesto pesado.

Todos sus compañeros de clase duermen. Ayer hubo cena enorme de “día de gracias” estuvo linda, mucha gente, mucho ruido; demasiada comida… es extraño ahora cuando hay tanta comida, siente ganas de guardarla, de ahorrar un poco para despues. Ayer pensaba que cuando regrese a casa sera extraño ver siempre tanta comida, no tener que cuantificar la leche para despues o comerse lo que se va a terminar, más no lo que quiere. Ahora las comidas se hacen en orden para que las cosas duren más; si sobra un pan se guarda para el desayuno siguiente y se descubre con felicidad. Ya no soporta ver que las cosas se tiren.
Ayer la gente se quejaba de lo llena que estaba. Ella pensaba en toda la gente que muere de hambre.

Hoy ya nadó, a las 7:40 de la mañana a pesar de lo casi imposible que fue salir de cama con el frío. Esta en la biblioteca, planea estudiar, trabajar, adelantar. Y no ha decidido si ira al taller de hoy. Le pasa como a mi, que quiero cumplir con todo aún cuando se que me perderé de mucho si no voy. Porqué es tan complicado encontrar una clase en donde realmente se aprenda mucho; compactamente, aprendizaje puro, como los libros. Así deberían ser las clases, revisadas y corregidas, como buenos libros.

Hace solo unas semanas se imaginaba árbol, con el viento, sin sus hojas. Ahora está triste, aún más, mucho más triste que yo, por el arbol que sabe que perdió. Razones hay miles, pero no cree que ninguna; ninguna sea válida. Tiene rabia, tiene enojo y no encuentra por ninguna parte la compasion. Le duele. Le duele el árbol, y sobre todo las razones humanas.

“A veces siento que me gustaría ser un árbol…. Somos todos en parte árboles. O la idea de ellos. Talvez somos solo parte de los sueños de los árboles cuando sueñan a ser humanos.”

No encuentra la compassion. No recuerda en donde la dejo la última vez que la usaba. Si todos somos un arbol, hemos matado a un alguien. Le da un gusto oculto no estar allá porque así puede, y puedo, conservar la calma, puede tener compasion falsa a miles de km y nadie lo notaria.

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