viernes, 8 de febrero de 2013

Justicia

Fotografía: Marina Abramovich


Abro el cuaderno que contiene las palabras de la semana, buscando la que nos toca de cierta manera escribir, hacer hablar, hoy. Ahí está. Una, dos, tres, sí, es la cuarta. Justicia. Y baja de golpe un velo de incredulidad atrás de mis ojos, nublando, espesando la parte media de mi cabeza. Ahí donde se esconde la rabia y el desconcierto. La puedo sentir ya. Entre la duda y la falta de conocimiento. Escucho mi discusión de ayer como un cine continuado, y el tema eterno que me enciende cual caldera, hace años. Incontrolable y frustrado. Incontrolablemente frustrada. Eso sí, entre mis cosas, siempre, entre mis privilegios. Me pregunto ¿Cuándo comenzamos a creer que las cosas nos pertenecían? Rodeada de beneficios, una taza de café caliente, tiempo personal y una cantidad inagotable de papel de baño. Entonces me pasa que entre temores de futuro, reclamaciones de tráfico y ausencia de crédito celular, aparecen en mi cabeza los gritos agudos y desesperados de las mujeres que lloran en algún campo de refugiados de Darfur, cubiertas de polvo y sangre, después de ser violadas por cuarta vez en una misma semana. Pienso también, en la imposibilidad de volver a ser niña, de tener ocho años. Escucho sus aullidos y puedo, mínimamente sentir su miedo que no conozco y espero nunca, de ninguna manera, poseer. La justicia como un termino más que necesario, existente, un termino que es, tan solo para poder ser negado. Ponerlo en contraposición. De frente, inamovible, in-parpadeante ante los fusiles dirigidos a su rostro inmaculado, para su ejecución. Es, la ironía. Un recurso oculto, para poder aludir a el cuando no está. Todo el tiempo. Creernos, desde nuestras casas limpias, alejadas de ellos, los hipopótamos en batalla campal, que sabemos lo que significa. Mi asco, por instantes me sorprende y veo a los niños simulando risas, que juegan con sus gatos. Inocentes. Juegan; con carros, animales, otros niños y armas de plástico. Niños soldados de Sierra Leona, que juegan a matar a sus hermanos. Que peor, aún peor, entienden ya, que se juegan la vida. Me miran a través de la distancia que no cruzo y puedo entonces decidir cerrar los ojos. Siguen las balas surcando el aire y gotea la sangre espesa como el hambre. Espesa, como la ausencia de cada muerto. Justicia como palabra, como decir quizá espanto. Una legión de desigualdad, de dolor y de miedo.

9 comentarios:

  1. Eda Sofia, tenés una forma impresionante de contar tus cosas, tus experiencia, tus dolores, tu sentir. Tu visión de la vida y de la vida de los otros es de una sensibilidad apabullante, gracias por esto, por tus imágenes que nos mostrás con dulzura, con respeto, con indignación. Necesito leer tus otros escritos, ojee algunos y ahora deseo leerlos todos, Gracias

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    1. Ana. Gracias. Tu comentario me encuentra feliz. Es un honor ser leida y que mis palabras te hablen. Te mando un abrazo fuerte y estamos en contacto.

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  2. Coincido con mi amiga Ana, quien me invitó a venir [¡gracias, Ana!].
    Eda Sofía: tu pluma es expresiva, tan liviana como profunda, tan lírica con el trazo como dramática con el concepto. Tu puntuación nos llena de frases telegráficas tras las cuales, en cada una, se expresa un grito humanista por un mundo mejor, entre la desesperanza y la esperanza.
    "¿Cuándo comenzamos a creer que las cosas nos pertenecían?"
    Eso preguntas.
    Por ahí anda el orden de este desorden social: en el origen de la propiedad privada, en el comienzo de lo mío y lo tuyo, cuando cada quien quiso que lo tuyo mejor fuera mío. Mientras Jesús decía que quien tuviera dos túnicas, se despojara de una, en el mundo real la mayoría de personas atesoraba túnicas: entre más mejor, principio básico del poder: el tener.

    Me hubiera gustado apuntarme de seguidor de su blog, pero veo que no tiene esa instancia. Entonces la invito a que vengas a nuestros blogs (pienso también en el de Ana) y te apuntes como seguidora para quedar enlazados por "bloguer".

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    1. William. Tu comentario me sorprende, llega intempestivamente despues de meses de silencio en mis pocos, muy espaciados seguidores. Descubró en el descriptivos que aún no se si merezco, pero que recibo emocionada. Nuevamente digo que es un honor. Pocas veces antes he sentido que mis palabras son leídas con esta atención, con este tiempo. Gracias.
      EddaSofía

      Gracias por la invitación a sus blogs. Ya corregí la opción de seguidores :) Si le interesa, porfavor apuntese. Saludos afectuosos.

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  3. Qué bien escribes y qué nobles son tus palabras y tus comentarios sentidos como mujer, que eso se te nota. Gracias de verdad...

    Acabo de poner una nueva entrada en mi blog "La butaca de Carmen"
    Yo sé que mis entradas no son tan bonitas y buenas como las suyas,
    pero igual me permito invitar a que me visite y comente. Gracias.

    Título: Saber leer es saber andar; saber escribir es ascender
    http://labutacadecarmen.blogspot.com/

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    1. Carmen. Agradezco tu comentario y la invitación a tu blog. Por ahí estaré muy pronto. Me parece muy importante hablar de la lectura. Leer. Como gusto, como cultura, como viaje, como goce pleno. Leer leer. Como una delicia. Tristemente cada vez quizá más perdido... más abandonado. Pero ahí está, pugnando por rehabilitarse.

      Te comparto un texto que me parece magnífico. Hace años me lo había enviado mi madre y hoy gracias a tu blog me dí a la tarea de buscarlo nuevamente.

      "¡Libros! ¡Libros! Una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida".

      Federico Garcia Lorca

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  4. Estimada nueva amiga Eda Sofía (Sabiduría):
    No es que sus palabras sean leídas con atención porque uno quiere simplemente; más bien, la atención se prodiga desde sus propios textos. Usted es la causa con lo que escribe. Uno es el efecto, porque no solo se es seducido por su estilo, sino también sacudido por sus conceptos. Gracias.

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  5. Usted amiga de milinda Ana escribe muy lindo, pero es muy triste saber que todo eso es cierto........

    cambio de tema

    si usted no se divierte con lo que puse en mi blog de Moisés y "las aguas", no hay cuándo.
    Pase, paaaaase por mi blog.
    http://escueladelaninapochita.blogspot.com/

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    1. Niña Pochita. Gracias por la invitación... El humor siempre, de cierta manera, nos da calma.

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