miércoles, 30 de enero de 2013

AGUA

AGUA
Digo agua y tengo sed. Infinita sed.
Digo agua y chorreo. Suena agua en mis entrañas cuando paso el día sin comer, sin comida, sin ti, sin hambre. Agua en mi instinto primigenio de mujer pez, de mujer grieta. Dime, ¿cómo escribir sobre el agua sin comenzar a gotear sobre el papel? Sin mojarme, sin salpicarlos a todos. Escribir el agua como una imposibilidad; como pintar el mar. Manchas azules sobrepuestas y toda mi piel erizada. Palabras entre palabras y mi ser húmedo. El agua que me colma y me acomete a oleadas cuando me distraigo del aburrimiento y me encuentro, entre una esquina y otra, despierta. Viva. Amarrarse un hilo rojo al pulgar derecho para acortarse todo el día que Existimos. Existo. Agua que me puebla, como tu. Como a ti que no te tengo y ya te me escurres entre las piernas. Húmedo. El agua que me salva del abismo, del suicidio en mis sueños. -Soñé con la censura. Soy toda de agua y ésta me sorprende en desbordada continuada, en el tráfico y en mis noches de falso insomnio. Hoy se hizo tarde de nuevo. Siempre es tarde para escribir lo que todavía no escribo. Todo lo que escribo está bañado en agua de sal. Mójense. Me mojo los pies y me lleno el pelo de sal de cocina, que sin agua, mi presente no tiene futuro. Agua en la que baño mis miedos y recubro mis ansias. Ser de agua y de tormentas. Déjame mojarte, mojarme. Con mis ganas, con las ganas de mis muertos. Digo agua y mis ojos se pueblan de mares. Mares lejanos rodeados de arrozales como los que alguna vez tuve. Mares violentos que crujen como mis huesos en la madrugada. Crujen: como el sonido de todos mis muertos. Todos cayendo en enero. Este mes de juicio. La familia Arias. Mi familia. Muere en enero. Y pienso entonces que el mar es como la muerte. El agua, el batir, el vacío y la ausencia. Las respuestas y la humedad del suelo se confunde con las olas. El musgo y los gusanos son algas. Y entonces, entre agua y gusanos me pasa que pienso en sus manos. En sus manos sobre mi cuerpo. Húmedo. Puedo ver que mi escritura es revuelta. Revolcada. Se anuda entre los altos de insurgentes, mis dudas y mi deseo. Toda el agua que soy. Me doy cuenta que escribo por partes, a destajos que pierdo entre los pliegues de mi piel y el silencio del coche que enmudece a la ciudad como un simulacro. Me doy cuenta también, sin querer, que no puedo, que no he escrito el agua. Aunque ésta me pueble. Aunque juro, alzando los ojos al cielo, que puedo sentirla. Entre los secretos. Entre los deseos y las palabras que no encuentro. Perdón. No puedo, escribir el agua. Borbotea, cae, fluye, corre, enloda, resbala, moja, inunda y escurre. El agua que me inunda y me escurre.   

1 comentario:

  1. "Queridos todos, de los 14 trabajos recibidos han sido seleccionados cuatro
    Agua, de Eda Sofía Correa
    En busca del undécimo colibrí, de Nora Coss
    Viaje al interior, de Héctor Medina
    Lunes de electricidades, de Roberto Sanabria Martínez

    besos y abrazos"

    Mario González Suárez
    Director Académico

    http://escuelamexicanadeescritores.com/

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