lunes, 28 de enero de 2013

Soñé con caballos


Imágen Gustimbaldo Del Piero


Soñé con caballos adentrados en un mar árido. Un mar eterno y calmo. Barcos veloces y sangre. Soñé con ventadas cerradas, con el miedo y con un viaje que no puede concluirse. Con Asía entre esquina y esquina. Un escape continuó y mis pies siempre desnudos. Una cuesta de mar, con agua. Dos cuerdas atadas a sus cuellos y yo jalándolos. Caballos huidizos. Pesados, porque no querían ir ya hacia arriba. Se adentran lentamente hasta que la platea se convierte en fosa y los pierdo. Para siempre, o ¿Para siempre? Cargo mis caballos. El mío y otro, porque no puedo montar dos al mismo tiempo. Después cargo mis zapatos sucios por todo el mundo. Sin poder ponérmelos. Sin encontrar mi itinerario. Pies que se llenan de agua y de sangre intermitentemente por parajes desconocidos. Ansiedades de cuestas y de pesos. Ansiedades de horarios. Decisiones de vuelos.

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