domingo, 3 de junio de 2012

#yonosoy132

La gente está politizada, apasionada, emocionada, La gente está en las redes sociales. Al menos. Me gusta, me asusta. En mi tiempo libre y no, he leido más de política que en 24 años anteriores. Aveces me asombro, me emociono, veo una luz, preveo una guerra o una victoria. De quién, no lo se bien. Aveces me asombro o ruedo en el piso de las carcajadas. Todos esos que escriben; los genios, los sabios, los locos, los violentos. Todos somos México. Es interesante, está vivo. Y yo, también puedo ser un número? También puedo manifestarme en un país en donde nadie entiende mi idioma y nadie comprende mis razones. Yo confieso que no soy 132, quizá si 1245. Estoy lejos, estoy cerca. Cerca de México por el corazón y la mente (si la metáfora viene al caso), pero principalmente por los medios y el interés. No tan cerca como me gustaría estar en estos momentos, pero tan lejos como muchos días desee lograr llegar. Estoy dividida entre deberes y compromisos. Un deseo de gritar todo aquello que tengo que decir y aún no comprendo. Las cosas a la distancia se viven distintas, a veces con suerte y aveces por desgracia. Las elecciones se aproximan, mi regreso también. Las dudas crecen. Confieso. Tengo dudas. Aveces siento que ustedes no, pareciera que están tan seguros de lo que saben. Yo no se mucho. Se que las cosas están mal y duele. Se que no deberíamos permitir que el PRI, Peña Nieto, suba a la presidencia. Se que están activos, que hace años que hacía falta. A donde se fué toda esa apatía que me hizo salir corriendo. Desapareció, está escondida bajo un velo de colectivo? Leo emociones, pasión, entrega, y pequeños diminutos despertares. También se que las cosas se apagan y tengo dudas de que esta flama se convierta en una lumbrera en un futuro. Queremos un cambio, es evidente. Quién lo hará de la mejor manera, para mi no lo es. Entiendo quien no puede hacerlo. Votamos en realidad por un partido o por la perdida del otro? Nunca es muy claro. Quizá en este caso no importe. Elegimos conscientemente a un candidato, o el delicioso fervor de ser parte de un movimiento que llevamos esperando años. Somos jóvenes, somos "revolucionarios". Ante la ocasión levantamos las manos. Sin armas. Pero la ocasión está, ha estado y seguirá estando. Me da gusto que esta vez esten en las calles. Me da gusto que las cosas se estén gestando, que la creatividad y movilidad esté al tope. Me da gusto lo que pasa, lo que se esta moviendo en el país. Yo siempre he creido. Reconozco compañeros marchando llenos de pasión y cambio, reconozco compañeros que marchan porque iban a un café y se les atravesó la protesta. Qué será de todo esto. Dificil de saber. Pronto habrá que comenzar a consolidar, a diferenciar, a fortalecer. Pronto habrá que saber quien está y quien no. Quien permanece, quien resiste. Yo por lo pronto generalmente agradezco salir a la calle y vivir en silencio, en soledad y en verde. Pronto vuelvo. Ya habrá que estar más claros. Claros, seguros, como parecen todos ustedes. "Bienvenidos al despertar de la consciencia, la patria los estaba esperando" Y está aún y seguirá. Puedo acaso descansar tranquila? Hemos despertado todos a la consciencia? Es un milagro! Estoy enojada, triste y aislada. Con sueños macabros y otros de revoluciones. Pienso en ustedes y sonrío (o rio). Pienso en el apoyo de Paris y España. Me gustaría mandarlo desde Lituania, con la representación de 9 mexicanos a los cuales no conozco y no se donde están. Haría una marcha invisible en la plaza y no vendrían más que dos curiosos y medio. Los Lituanos se reirían de mi y me contarían de su historia. De esa historia de guerra y ocupaciones que me ha tomado 4 meses leer y aún no comprendo. Pero sueño entre gritos. Me contarían de las masacres y la lucha interminable. De los guettos, de las deportaciones, de las prohibiciones y el miedo. Me hablarían del frío y de la falta de comida. Me describirían lo que es ser invadidos, perder a la familia, la patria y la libertad. Entonces se enojan, se ponen serios, algunos lloran. Yo no tengo nada que decir. No se engañen, abrir los párpados no es despertar. Quizá si un comienzo. Quizá levantar los párpados sea mejor que no hacerlo. Depende de que tanto abramos los ojos. Ahora que sigue? Porque si nos sobran fuerzas, en Siria faltan manos.

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