Me he vuelto intolerante a la enfermedad. La enfermedad me entrega un cuerpo que no reconozco, una mente que no es la mía, una nariz sin olfato. 
Me encuentro despierta solo cuando ya ha salido el sol y mis pensamientos no viven en mi. Necesito despertar de este estado, darme cuenta que ésta es ya, mi vida; la que estoy viviendo, la que he elegido. 
Seguir construyendo y empacando lo construido. 
Qué es lo que dejamos atrás sino vieja piel? Hago siesta en el pasado, en mis historias y en los abrazos vividos. Duermo en los futuros cambios, en las mejoras que preveo... Se me escapa esta ciudad hacía el pasado y México hacia el futuro. 
Es este sol y esta casa son ayer; me quedé en lugar cero.
 
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