miércoles, 15 de febrero de 2012

Después de tanto baile...


“Eran sus últimas horas en la patria, de modo que todos los acontecimientos irrelevantes adquirían una significación excepcional y se convertían en un teatro de alegorías”
Kundera

14 feb 11:00 pm México

Es un sentir que se asemeja a algo que no conozco. Un sentir ajeno, alejado. Un sentir que me observa desde lo lejos y se ríe. Yo no logró descifrarlo y aún así está presente en toda mi piel; y sigo viva, y sigue aquí. Cómo si no fuera tan cierto, como si no fuera tan grave o importara poco, pero aún así me invade; de punta a punta.

Decide permanecer un periodo largo en el estomago. No me deja en paz, no puedo dejarle ir. Pasa y me recorre el cuerpo y con el la vida, las horas los minutos los instantes; lentamente pasa, pasa por mi.

A veces pienso que quedará de lado mi vida por pensarla tanto. Entonces me recorre el miedo. Quién soy yo para estar aquí? Me pregunto. Quién soy yo para estar tan viva? Para preguntarme estas cosas?

Las cosas se haces pequeñas y grandes a voluntad. La vida lo es todo y a la vez no es nada en una microfracción de segundo. Somos tan frágiles, tanto esta supeditado al poder del momento. Qué tanto es el poder que tenemos sobre nuestra propia vida? Casi ninguno. Me siento tan viva que me entristezco. Todo parece un escenario construido para mi disfrute y entonces me duele amar tanto. Amar tanto a gente que se irá. Amar tanto sabiendo que yo también algún día olvidaré quien soy.

Comienzo un nuevo viaje. Continuo. Parto rumbo a Lituania, en un vuelo que me hará tocar tierras parisinas, checas y finalmente lituanas. Parto con tranquilidad de haber saboreado estos días en México hasta el extremo del éxtasis; hice todo y también me permití hacer nada. Mi hermano se casó y su alegría me basta para la mía, la familia llenó mi casa, el abuelo paso visita a aquel lugar tan desconocido y vacío, para regresar sonriendo a nuestro lado. Abracé a mi gente y ahora puedo convocar sus complexiones y consistencias a placer. Me voy tranquila. Comprendo cada día más, que soy una persona de poca gente; que con los grupos bailo toda la noche pero me gusta amanecer sola. Entiendo también que a la gente que amo, la amo hasta el extremo del absurdo. La única manera que conozco de amar.

15 feb 10:28 pm Praga

Praga me recibe vestida de Blanco, como una novia hipócrita, pero hermosa. Hermosa. Regreso al país de la gente bella…ellos aún no se han dado cuenta por suerte y por desgracia.

Salgo del aeropuerto y me dan ganas de que las lagrimas se congelen antes de llegar al suelo, así, un poco por romántica un poco por cursi. Me pierdo en el frío y doy con el hotel equivocado, solo para después encontrar el correcto. Agradezco a Kundera, quien me acompañó en el camino, abriéndome las puertas a la bienvenida que me daría su hogar, su aeropuerto para ser más precisos.

Se me olvido por segundos la melancolía. La dicha me llena los pulmones de aire congelado y la vista me reitera las buenas decisiones que he tomado, perseguida por esta condenada suerte y esta arrebatadora vida.

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