lunes, 20 de febrero de 2012

19 feb 2012 12:03 Vilnius Lituania. En mi casa.. fría.


Hoy salí tarde. El vestirse con absolutamente toda la ropa que se tiene, toma al menos medio día.

Desmitificando Lituania en la mente de mucha gente con la quien hablé antes de venir: tomé un café de McDonalds (que sí, está aquí), pasé frente a Zara en donde me quedé de ver con Mario y después caminamos largo por la ciudad y las calles estrechas. Me explico que el Lituano no viene del Ruso (idiota idea a su parecer) sino que es una lengua IndoEuropea antigua. Al parecer el Lituano es el idioma más antiguo del mundo que aún se hablan en un país y tiene una gran similitud con el Sánscrito. (para más referencias http://www.slaptai.lt/english/4852-lithuanian-language.html)

La gente tampoco es rusa, que si me lo preguntan a mi mientras los veo con abrigos de pieles hasta el piso caminando entre la nieve no podría justificar mi respuesta. Me explicó la tristeza entremezclada con lástima que siente por aquellos que no entienden ni saben nada de su país. Nos tomamos una botellas de vino, hablamos de música que no conozco y de su vida que me comparte poco a poco.

Conocí la ciudad en 2 horas maratónicas; quien conozca a Mario no se atrevería a llamarme nunca más una mujer hiperactiva. Comimos la “peor” pizza del mundo (bajo mis estándares y estrecho conocimiento pizzerístico), pero con excelente compañía, muy buen café y mucha mayonesa.

Regrese a mi casa en Vilnius; si, mi hogar en Europa del Este. Regrese con un taxista con el cual no podía comunicarme, una moneda que aún no se convertir y una puerta al revés que se rehusó a ser abierta hasta que mi miedo a morir de frío hizo que se apiadara de mi.

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